miércoles, 10 de agosto de 2016

El uso prolongado del chupón, ¿qué perjuicios puede ocasionar?


 Aunque sus efectos negativos se revierten de modo espontáneo si se deja el chupete antes de los tres años, los pediatras recomiendan que los bebés lo abandonen a los 12 meses.
  
Hasta qué edad usar el chupón?

El chupón es un objeto muy utilizado en las sociedades desarrolladas, y desde siempre ha sido motivo de discusiones acerca de sus beneficios y consecuencias negativas. Diversos estudios han analizado la cuestión y, en la actualidad, ya se sabe que su empleo no solo no supone perjuicios permanentes para el niño -siempre que se abandone a tiempo- sino que, además, resulta un método preventivo contra el síndrome de muerte súbita del lactante.
Acerca de cuál es la edad máxima aconsejada para dejarlo, no hay un consenso definitivo. En general, se habla de los tres años de edad como fecha límite, ya que las posibles consecuencias negativas producidas durante esos primeros 36 meses se revierten después, a causa del propio desarrollo, de manera natural.


CONSECUENCIAS DE SU USO

Problemas dentales, el mayor riesgo.
El peligro más importante del uso prolongado del chupete son posibles malformaciones dentales. Un estudio publicado por la revista especializada General Dentistry, de la Academia de Odontología General de Estados Unidos, detalla que la succión no nutritiva -la que el niño realiza con la tetina del chupón, con su propio dedo o con otros objetos que se lleva a la boca- modifica de forma paulatina la posición normal de los dientes y, con el tiempo, afecta al modo de morder.

Pero Jane A. Soxman, la autora de la investigación, detalla que, para que eso ocurra, la presión sobre los dientes debe ser el resultado de una succión bastante intensa por parte del pequeño durante al menos unas seis horas al día, esto explicaría que las posibles deformaciones sean naturalmente reversibles.

Sin embargo, si este hábito aún se mantiene hacia los seis años de edad, los problemas que acarrea son numerosos, tal como detalla el especialista Domingo Barroso Espadero:
  • Los dientes centrales inferiores se desvían hacia dentro y los superiores se separan y desvían hacia fuera.
  • Se deforma y estrecha el paladar.
  • Las arcadas dentarias, tanto superior como inferior, pierden la alineación correcta, lo cual da como resultado la llamada "mordida abierta" o "cruzada".
Posibles trastornos en el habla
Hay otros riesgos en el empleo prolongado del chupón, además de los problemas dentales. Según un estudio publicado en 2009 por científicos de Chile y Estados Unidos, los niños que utilizan chupete durante tres años o más, al igual que los que se chuparon el dedo a lo largo de un periodo similar, tuvieron hasta el triple de probabilidades de desarrollar trastornos del lenguaje. Estos trastornos se traducían, sobre todo, en dificultades para pronunciar ciertos sonidos o palabras. Según los investigadores, este problema se derivaría de que, al pasar tanto tiempo con el chupete o el dedo en la boca, hay músculos de esta cavidad que no se desarrollan del modo apropiado.


Fuente: Consumer.es