Hasta qué edad
usar el chupón?
El chupón es un
objeto muy utilizado en las sociedades desarrolladas, y desde siempre ha sido
motivo de discusiones acerca de sus beneficios y consecuencias negativas.
Diversos estudios han analizado la cuestión y, en la actualidad, ya se sabe que
su empleo no solo no supone perjuicios permanentes para el niño -siempre que se
abandone a tiempo- sino que, además, resulta un método preventivo contra el
síndrome de muerte súbita del lactante.
Acerca de cuál es
la edad máxima aconsejada para dejarlo, no hay un consenso definitivo. En
general, se habla de los tres años
de edad como fecha límite, ya que las posibles consecuencias negativas
producidas durante esos primeros 36 meses se revierten después, a causa del
propio desarrollo, de manera natural.
CONSECUENCIAS DE SU USO
Problemas
dentales, el mayor riesgo.
El peligro más
importante del uso prolongado del chupete son posibles malformaciones
dentales. Un estudio publicado por la revista especializada General Dentistry, de la Academia de Odontología General de Estados Unidos, detalla que la succión no
nutritiva -la que el niño realiza con la tetina del
chupón, con su propio dedo o con otros objetos que se lleva a la boca- modifica de forma paulatina la posición
normal de los dientes y, con el tiempo, afecta al modo de morder.
Pero Jane A.
Soxman, la autora de la investigación, detalla que, para que eso ocurra, la
presión sobre los dientes debe ser el resultado de una succión bastante intensa
por parte del pequeño durante al menos unas seis horas al día, esto explicaría
que las posibles deformaciones sean naturalmente reversibles.
Sin embargo, si este hábito aún se mantiene hacia los seis
años de edad, los problemas que acarrea son numerosos, tal como detalla
el especialista Domingo Barroso Espadero:
- Los dientes centrales inferiores se desvían hacia dentro y
los superiores se separan y desvían hacia fuera.
- Se deforma y estrecha el paladar.
- Las arcadas dentarias, tanto superior como
inferior, pierden la alineación correcta, lo cual da como resultado la
llamada "mordida abierta" o "cruzada".
Posibles
trastornos en el habla
Hay otros riesgos en el empleo
prolongado del chupón, además de los problemas dentales. Según un estudio publicado en 2009 por científicos de Chile y
Estados Unidos, los niños que utilizan chupete durante tres años o más,
al igual que los que se chuparon el dedo a lo largo de un periodo similar,
tuvieron hasta el triple de probabilidades de desarrollar trastornos del lenguaje. Estos trastornos se
traducían, sobre todo, en dificultades para pronunciar ciertos sonidos
o palabras. Según los investigadores, este problema se derivaría de que, al
pasar tanto tiempo con el chupete o el dedo en la boca, hay músculos de
esta cavidad que no se desarrollan del modo apropiado.
Fuente: Consumer.es