viernes, 12 de agosto de 2016

Consejos para educar las emociones en nuestros hijos


La educación emocional, según los especialistas, es tan importante como la intelectual, en la que se han centrado los sistemas educativos clásicos. O incluso más. De ella depende que las personas adquieran habilidades sociales, aumenten su autoestima, sean empáticas y potencien su fuerza de voluntad. Y, como resultado final, que tengan mejor salud, disfruten más de la vida y sean más felices.

La educación de los niños siempre empieza en casa. Por ello, el primer paso debe consistir en que los padres procuren -en palabras de Navarro- "manejar su ira, sonreír, dialogar y escuchar". La especialista apunta, además, algunas otras recomendaciones para promover la educación emocional de los pequeños. Son las siguientes:
  • Enseñar a pensar en positivo. Para lograrlo, es importante no detenerse solo en las cosas malas y destacar también las buenas, que casi siempre existen, aún en los malos momentos. La educación en positivo es algo que va más allá: consiste en conocer a los hijos, permitirles explorar el entorno, crear con ellos un vínculo afectivo y solucionar los conflictos de manera pacífica.

  • Permitirles vivir el presente. Para los adultos es inevitable recordar el pasado y pensar en el futuro, pero los niños no se detienen demasiado en esos asuntos. Es parte del disfrute de la infancia. Conviene dejarles que aprovechen "los beneficios emocionales de vivir en el presente", asegura Navarro, sin preocuparse demasiado por lo que fue ni por lo que vendrá.
  • No potenciar las enfermedades. Si el pequeño recibe demasiadas atenciones ante dolencias menores, como un resfriado o un dolor de cabeza, le gustará estar enfermo para obtener tales beneficios. La psicóloga destaca la importancia de animarle con expresiones como "es algo sin importancia", "no te preocupes", "pronto podrás salir a jugar con tus amigos", etc. Hay que destacar que la interacción con la naturaleza hace a los niños más saludables no solo en el aspecto emocional, sino también en cuando a lo físico, ya que son más resistentes, más ágiles y sufren menos alergias, entre otras ventajas.
  • Poner especial atención a las palabras. Las palabras "son poderosas y tienen grandes efectos en nuestra vida", destaca Marisa Navarro. Y puntualiza que las palabras con las cuales los adultos se expresan, y el tono -optimista o pesimista- que se les dé, son fundamentales, pues los menores crean su vocabulario a partir de ellas y "acabarán hablando como hablen sus padres, con todo lo que esto puede suponer para su vida".
Fuente: consumer.es